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PAN DE MUERTO: CULTURA MEXICANA CONOCE SUS ORÍGENES

Descubre el origen de este pan milenario, el cual además de traer consigo un delicioso sabor único tiene un trasfondo cultural y una historia mexicana que contar. 

El origen del pan de muerto se remonta a la época colonial, cuando se utilizaba como una herramienta de evangelización. En lugar de ofrendas humanas, se ofrecían piezas de pan, originalmente cubiertas de azúcar roja para simbolizar el color de la sangre.

Esta fusión de culturas dio lugar a un pan redondo que representaba el ciclo de la vida. Estaba decorado con cuatro «canillas» o «huesitos» que simbolizaban los cuatro puntos cardinales (de gran importancia en la época prehispánica) o las cuatro extremidades del ser humano (piernas y manos). En el centro, se colocaba una bolita de pan que representaba un cráneo o el centro del universo. Además, uno de los rasgos distintivos más importantes del pan de muerto es su característico aroma a flor de cempasúchil, que tiene la intención de evocar la entrada al inframundo, ya que la muerte suele asociarse con el olor de las flores.

Debido a la rica diversidad cultural en México, cada región interpreta la muerte a través de este pan de manera única. Por lo tanto, es posible encontrar versiones zoomorfas, antropomorfas o fitomorfas del pan, elaboradas con diferentes tipos de masa, como bizcocho, pan de fiesta, hojaldre o masa para galletas.

Ya sea el tradicional pan de muerto cubierto de azúcar o alguna de las versiones más contemporáneas rellenas de nata o queso, con cobertura de chocolate o marmoleadas, el pan de muerto es apreciado por todas las clases sociales. Este pan no solo representa la muerte, sino que también celebra la vida, como refleja el dicho mexicano: «El vivo al gozo y el muerto al pozo».

¿Qué te pareció la historia detrás de este delicioso pan, increíble cierto? Así como nuestra historia, ahora te invitamos a disfrutar del pan de muerto ya que como dicen en México, «El que en pan piensa, hambre tiene», así que no dejes pasar la oportunidad de disfrutar de un delicioso chocolate con un pan de muerto.

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